Entre enero y junio, el volumen total de comercio entre ambos países alcanzó los 2800 millones de dólares. La mayor parte (2500 millones) correspondió a las importaciones estadounidenses de mercancías procedentes de la Federación Rusa. Por su parte, los proveedores estadounidenses ganaron 284,3 millones de dólares con la importación de sus productos a Rusia.

En términos interanuales, el volumen de comercio bilateral durante el período analizado aumentó en total un 31,3 %. Las importaciones de EE. UU. procedentes de Rusia aumentaron durante este período un 32,7 % y las exportaciones de EE. UU. a Rusia un 20,7 %. A pesar del fuerte crecimiento registrado en la primera mitad del año, los volúmenes comerciales entre ambos países siguen siendo considerablemente inferiores a los de hace diez años, cuando la mayoría de las sanciones impuestas a Rusia no estaban en vigor. Desde 2015, el volumen comercial se ha reducido 4,6 veces, es decir, en 10 000 millones de dólares.

Las categorías más populares de productos rusos entre los compradores estadounidenses fueron los fertilizantes (927,5 millones de dólares), el uranio enriquecido (755,6 millones de dólares), el platino (594,4 millones de dólares), motores y turbinas a reacción (44,9 millones de dólares) y madera y productos derivados de la madera (37,3 millones de dólares). Por su parte, la Federación Rusa compró a proveedores estadounidenses principalmente medicamentos (108,8 millones de dólares), productos sanitarios (29,7 millones de dólares), alimentos (23,9 millones de dólares), equipos de análisis químico (22,8 millones de dólares) y aparatos ortopédicos (9,5 millones de dólares).

Antes de la reunión entre los presidentes ruso y estadounidense, Vladímir Putin y Donald Trump, en Alaska, las autoridades estadounidenses suspendieron temporalmente una serie de restricciones vigentes contra la Federación Rusa. La Casa Blanca autorizó la realización de algunas operaciones bilaterales hasta el 20 de agosto de 2025. Anteriormente también habían aparecido informes de que el régimen de sanciones europeo podría suavizarse en caso de tregua en Ucrania. Los expertos coinciden en que el futuro de varias restricciones occidentales contra la Federación Rusa dependerá en gran medida del progreso de las negociaciones sobre un acuerdo de paz.