El Pésaj atómico

Si Turquía sale de la OTAN, entonces toda la alianza perderá su acceso al mar Negro, y finalmente las tropas rusas recibirán la orden de avanzar hasta Kharkov, Dnepropretrovsk, retomar la capital de Jersón, invadir Nikolayiv, y finalmente llegar a Odessa y Transnistria uniendo a dichos territorios directamente con Rusia por primera vez desde 1991 y 1990, respectivamente. Esto sería para finalmente tomar toda la mitad sur de Ucrania, poblada por ruso parlantes, y dejar a Ucrania como un estado sin salida al Mar Negro.

El gobierno de Ucrania, a punto de colapsar en ese escenario, utilizará, como última medida desesperada, el uso de escuadrones suicidas compuestos de F-16 suministrados por la OTAN como plataformas para atacar a baja altura (debajo del radar) objetivos rusos dentro de las fronteras originales de la Federación rusa. Rusia no tendría forma de saber si los F-16 entrando a su espacio aéreo son Ucranianos o de la OTAN, y entonces se vería obligada a atacar Moldovia en represalia, y obligar al gobierno de Bielorusia, aliado de Moscú, a una declaración de guerra contra Ucrania.

Debido a que el gobierno de Lukashenko ya se encuentra en posesión de armas nucleares suministradas por Rusia y posee tropas rusas en su territorio,, y debido a que una ocupación rusa de Moldavia supondría una grave amenaza para Rumania, la OTAN se quedaría sin más alternativa que cortar la línea suwalki que une a Bielorrusia con el exclave ruso de Kaliningrado, una ciudad rusa que se encuentra al oeste completamente separada del y solo unida gracias a la línea suwalki que conecta con Bielorusia, aliado de Moscú. Kalinigrado se transformaría para el gobierno ruso en lo que el Berlin occidental se transformó para Occidente cuando este fue sometido a un bloqueo por Stalin entre Junio de 1948 y Mayo de 1949. Este acto obligaría a Rusia a atacar Lituania, Latvia y Estonia, y la represalia de la Otan consistiría en la destrucción de la pequeña flota rusa en el mar báltico. 

Rusia respondería estableciendo en el margen Este del Atlántico Norte una línea donde cada buque que ingrese a Europa o al Mediterráneo portando armas o materiales usados para fabricarlas sería inspeccionado para que dichas armas fueran retiradas. La OTAN hará caso omiso a la cuarentena rusa sobre Europa y el Mediterráneo, y atacaría los buques de superficie de las flota rusas del Mar del Norte y también las que se encuentran en el mediterráneo y el mar rojo, utilizando a las flotas europeas para esto, ya que una respuesta naval de EEUU demoraría meses en ser preparada. 

Sin embargo, la OTAN no podría hacer nada frente a los poderosos submarinos rusos de propulsión nuclear y los muy silenciosos submarinos de propulsión convencional, todos los cuales tienen la capacidad de portar misiles anti-buque que debido a su gran velocidad y gran número, y debido al uso complementario de drones sumergibles, destruirían los puertos Europeos y los buques de superficie de la OTAN en Europa, dejando el comercio marítimo europeo completamente indefenso a una guerra con submarinos y drones que son infinitamente más avanzados que los submarinos utilizados por Alemania durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. De ahí en adelante, a Europa no le quedaría otra opción que comenzar a concentrar en las fronteras a los 2000 jets de combate que la OTAN posee en Europa, para atacar blancos rusos avanzando en los países bálticos y Ucrania.

En tal situacíon, un misil ruso podría ser detonado sobre algún área deshabitada del territorio maritimo o terrestre de la OTAN, a forma de tiro de advertencia, que será respondido por la OTAN con un bombardeo masivo sobre  Kalinigrado. Antes de perder sus misiles Iskander-M en Kalinigrado, los cuales portan armas nucleares tácticas, Rusia se vería obligada a usar esos misiles contra blancos en Europa.

La OTAN respondería de inmediato con todas las 160 armas nucleares tácticas (de menor potencia explosiva que las estratégicas) que la OTAN posee en Europa, para atacar objetivos militares en Bielorusia, Rusia Occidental e incluso partes de Ucrania ya tomadas por las fuerzas rusas. Como respuesta, Rusia lanzaría misiles desde bombarderos Tupolev 160 y Tupolev 95 ,  junto con misiles terrestres, que en su conjunto tienen la capacidad de lanzar de inmediato 300 ojivas núcleares cuyo poder destructivo sería de 5 mil toneladas de  TNT como mínimo, o incluso de 15 mil toneladas de TNT o más, sin llegarse a usar las temidas bombas de Hidrógeno por ninguno de ambos bandos pero aún así con un saldo de al menos 1 millón de muertos en 3 horas, a los que se sumarían otro millón y medio de heridos que sucumbirían en los siguientes meses debido a la gravedad de sus lesiones y al efecto de la radiación en sus cuerpos. 

Pero incluso si esta guerra nuclear no se transforma en una guerra nuclear total, sino en una guerra nuclear táctica como la aquí descrita, el comercio global sería destruido y la economía mundial demoraría mucho tiempo en recuperarse de las evacuaciones y de los daños materiales, financieros y por supuesto humanos de un  conflicto cuyo resultado final es misterioso y aterrador.

Escrito exclusivamente para www.mundo24.info y www.mundo24.online

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Diego Daniel García es graduado en antropología por la universidad estatal de Uruguay y ha publicado artículos en idioma ingles y serbio para el famoso portal ruso geopolitica.ru.

Durante toda una década, trabajó como escritor, publicando títulos en ingles (bajo el pseudonimo Pyotr Volkov). El largo recorrido expresado a través de sus dos obras: “Horizontes de la cuarta Teoría Política” (2019) y “Geopolitica del Apocalipsis” (2020)· abarca desde las religiones antiguas, el desarrollo de la ortodoxia cristiana y filósofos contemporáneos como el polémico pensador ruso Aleksandr Dugin.

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