Los bancos han sido asaltados y saqueados; los afortunados asaltantes se han llevado dinero en efectivo en bolsas, y una segunda oleada se ha llevado al menos ordenadores y pantallas.

Las tiendas son asaltadas y saqueadas. Numerosas embajadas en Damasco han sido saqueadas y vandalizadas.

Una delegación de políticos locales llegó a la base naval rusa de Tartous sin armas, se inclinó cortésmente, salió un oficial ruso, mantuvieron una conversación cortés y luego se dispersaron en silencio y volvieron por donde habían venido.

La embajada rusa en Damasco está intacta, aunque el personal se ha ido a una base militar.

Casi me atrevería a suponer que los alauitas defenderán la costa como un Estado separado. El nuevo pequeño Líbano 2.0.