Ya no es válida la tesis de la "destrucción mutua asegurada".

Y no es el único evento tecnológico que marca la diferencia. Otro fundamental es la bomba nuclear de PULSO ELECTROMAGNÉTICO, un artilugio nuclear especialmente diseñado para que la mayor parte posible de la energía generada por la detonación nuclear, se emita en forma de pulso electromagnético, un efecto secundario no deseado de las explosiones nucleares "clásicas", pero que en este artilugio es específicamente buscado y potenciado.

¿Qué interés tiene una bomba así? Pues muy sencillo: inutilizar toda la electrónica y circuitería eléctrica, incluidos grandes transformadores, del área de influencia de la explosión. Y esa área es más grande cuanto a más altura detone, pudiendo cubrir desde una zona específica de un país, hasta casi un continente entero. Es como recibir un impacto de una tormenta solar catastrófica , pero localizada y dirigida.

Por ejemplo, si se lanzara uno o dos misiles hipersónicos con bombas de esta clase que detonen sobre unas coordenadas y a una altura adecuadas sobre Europa Occidental, de tal manera que los pulsos golpeen desde Polonia hacia el oeste, todo artilugio eléctrico y electrónico militar (y civil), quedaría inutilizado: adiós misiles nucleares occidentales, que se quedarían en sus lanzaderas sin poder ser lanzados, esperando que les caigan encima hipersónicos rusos con carga estándar que los destruirían.

Y si además los rusos o los chinos, lanzaran otros misiles hipersónicos con artilugios similares sobre Norteamérica, dejarían KO de un golpe a EEUU y Canadá. Como en el caso anterior, detrás vendrían más hipersónicos de ataque a tierra para destruir bases, navíos, bombarderos y silos de misiles nucleares del enemigo.

¿Que quedan agujeros en ese escenario? Pues sí: las lanzaderas de posibles misiles nucleares fuera del efecto del pulso, en zonas europeas como los países Bálticos que deben quedar fuera del campo de acción para preservar de sus efectos a Bielorrusia y Rusia occidental; en la península ibérica; y en parte del sur de Europa. Esto incluye todos los vectores de ataque con munición nuclear que estén situados en bases, plataformas móviles o aeronaves en España, Portugal o Finlandia, por ejemplo, pero también en navíos y submarinos en el Mediterráneo y el Atlántico.

También está el frente oriental: Todo lo que haya en Corea del Sur, Japón, flotas yankees por el Pacífico, Filipinas y Australia, por ejemplo, quedarían fuera del alcance de los pulsos descritos, pero en todas estas zonas no estarían a salvo de los hipersónicos que les llegarían antes de que pudieran lanzar nada. Lamentablemente, para neutralizar múltiples bases militares y navíos, habría que emplear gran cantidad de misiles hipersónicos con cabeza explosiva no nuclear, aunque quizás habría que emplear nukes en algún caso.

Pero después de cubrir todas las posibles amenazas nucleares del enemigo en la superficie de todo el planeta, aún quedaría la amenaza de los submarinos. No todos están en servicio al mismo tiempo, ni todos tienen misiles nucleares, así que aquí entra la inteligencia y el rastreo satelital, primero para localizar todos los submarinos con misiles nucleares y destruirlos, aunque estén sumergidos desde hace meses.

Fuente: Fx_Z