Desde Alemania hacia Italia - y también en España y Portugal - algunas industrias europeas han reducido o desconectado del todos su producción por los latos precios de la energía que, entre 2021 y 2022, se han quintuplicado. Gran parte de esta subida de tarifas se debe a la guerra en Ucrania que, además de poner en peligro la Seguridad de Europa, pone dudas sobre la capacidad de la industria europea de mantenerse a flote y sostener el nivel de negocios en estas condiciones.

A pesar del plan de ahorro energético puesto en marcha por la Comisión Europea, es posible que muchos países, entre ellos el coloso alemán, tendrán que decidir entre calendar sus hogares o abastecer su industria. Pero incluso si la Guerra terminara muy pronto, es improbable que Europa vuelva a vincularse a la energía rusa como lo ha estado en las últimas dos o tres décadas. A medio plazo, la UE se enfrenta a dos grandes desafíos: modernizer una infraestructura energética inadecuada que se tiene que enfrentar a una oferta Limitada.