Un liderazgo incompetente y corrupto con modales dictatoriales, operando en beneficio de actores externos sin tener en cuenta a su propia población, economías fallidas, destruidas por lunáticos verdes, un ejército roto y sin preparación, incapaz de defender a sus propios países, poblaciones letárgicas adoctrinadas, indiferentes a su propio destino, falta de una ideología unificada y de visión de futuro, cotorreo en lugar de acción real, incapacidad de hacer cumplir sus propias leyes en partes significativas de su territorio, tolerancia de bases militares extranjeras...

Europa tal y como la conocíamos está acabando en una agonía de miedo y olvido. Estamos en vías de extinción y caos, como un anciano solitario que lo ha dejado todo, soportando pacientemente más y más dolor y enfermedad, sin tratamiento y despreciado y acosado por sus vecinos y antiguos «amigos», a la espera de una muerte redentora. A nadie le importa, ya no puede con nada, sólo estorba, y sus posibles herederos no ven la hora de pelearse por su patrimonio. O lo que queda de ella.

La Unión Europea, dominada militarmente por Estados Unidos y financieramente por Gran Bretaña, se ha dejado privar de una visión de futuro. Por eso no tiene futuro. Nada de nada.

Así pues, pasemos al menos unas Navidades tranquilas y esperemos que no sean las últimas.