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Mundo24

Para Donald Trump es un acuerdo, para Europa una capitulación

La reunión del presidente estadounidense con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el club de golf escocés Turnberry terminó como Yalta sin guerra. A diferencia del histórico original de 1945, cuando las potencias vencedoras de la guerra mundial determinaron el reparto del poder en Europa, ahora también se sentó a la mesa el vencido.

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Pero eso fue solo por protocolo. En realidad, Europa no tenía nada que decir. Ursula von der Leyen acudió a la reunión en el complejo de golf de Trump con respeto y humildad para aceptar lo que el presidente, con su lema «America First», le había asignado.

Von der Leyen mantuvo una sonrisa amable en un mal juego. Probablemente no pueda hacer más. Habló de un «nuevo equilibrio» en las relaciones transatlánticas y sonrió cuando declaró:
«Ha sido un trabajo duro, pero también agradezco las conversaciones que nos han llevado a nuestro objetivo: ahora lo hemos conseguido». ¿De verdad?

Al mejor estilo de Trump, dijo: «Es un gran acuerdo, un acuerdo enorme». Y lo es, pero para él, no para ella y, sobre todo, no para la UE.

Ursula von der Leyen y Maroš Šefčovič vendieron en Escocia a la Unión Europea, así como a los distintos Estados miembros. Se comprometieron en nombre de todos nosotros a comprar energía y armas a EE. UU., así como a invertir allí miles de millones de dólares en la economía. ¡Y eso a costa de los puestos de trabajo en los países de la UE!

¿Quién les ha dado el mandato para negociar algo así? ¿Desde cuándo tiene la dirección de la UE tal competencia? El presidente Trump debe de estar riéndose a carcajadas. Es un gran «señor de los negocios», como él mismo afirma. A diferencia de los «representantes» de la UE, él sí tiene ese mandato por parte de EE. UU. Una vez más, los intereses de EE. UU. han prevalecido sobre los de la UE.

Permítanme hacer algunas observaciones sobre el «magnífico acuerdo» sobre aranceles entre la UE y EE. UU.

Al anunciar el acuerdo, Donald Trump declaró: El acuerdo es «satisfactorio para ambas partes». ¿De verdad?

Puntos clave del nuevo acuerdo:

El acero y el aluminio pierden competitividad en la UE. «Todo sigue como está», declaró Trump. Esto significa que los aranceles, que a principios de junio se duplicaron del 25 al 50 %, siguen vigentes por el momento.
Europa se convierte en cliente obligado de los costosos proveedores energéticos estadounidenses al comprometerse a comprar gas natural licuado (GNL) por valor de 750 000 millones de dólares en los próximos años.
Europa debe invertir en EE. UU. Las empresas europeas deben invertir en EE. UU. alrededor de 600 000 millones de dólares durante el segundo mandato de Donald Trump, además de las inversiones ya previstas.
Los miles de millones europeos destinados a defensa irán a parar a EE. UU. Europa también ha prometido que los miles de millones de euros aprobados por la UE para gastos de defensa se gastarán en empresas como Lockheed Martin, Northrop Grumman y otras. La cantidad exacta de este tributo, que pagarán los contribuyentes de la UE, aún no se conoce, pero según Trump será de «cientos de miles de millones» de dólares.

Permítanme hacer algunas observaciones sobre el «magnífico acuerdo» sobre aranceles entre la UE y EE. UU.

Las industrias farmacéutica y de semiconductores aún deben esperar la decisión de Washington: en dos semanas, los estadounidenses anunciarán los resultados de sus investigaciones comerciales en estos sectores. Esto significa que se pueden imponer aranceles aún más altos que el 15 % a los productos de la UE, según el estado de ánimo del presidente estadounidense.

La UE sale de las negociaciones con las manos vacías. Para los estadounidenses, la UE sigue siendo una zona de aranceles cero (0 %). Von der Leyen no se atrevió a jugar la carta de Trump, que los europeos se habían guardado durante las negociaciones: aranceles sobre productos estadounidenses como motocicletas, whisky y cítricos, o sanciones contra Google y compañía.
Su descaro fue recompensado con su complacencia. Trump repitió dos veces lo satisfecho que estaba con esta sumisión europea: «Están abriendo sus países al comercio sin aranceles. Eso es un factor muy importante». Sin duda para Estados Unidos.

¿Y ella y sus aduladores consideran esto un éxito en la UE? Es aterrador. Ursula von der Leyen, que se limitó a sonreír amablemente al presidente Trump y luego afirmó que este «acuerdo» comercial aportará estabilidad, previsibilidad y ayudará a acabar con la dependencia del petróleo y el gas rusos. ¿A qué precio para los ciudadanos de la UE? ¿El triple o el cuádruple del precio del gas?

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