Senadores de ambos partidos presionaron a Kennedy en relación con las recientes decisiones de su departamento, entre ellas el despido de la directora de los CDC, Susan Monarez, la reducción de las vacunas infantiles, la restricción de las recomendaciones para la vacunación contra la COVID-19 y la reorganización del influyente panel asesor de los CDC sobre vacunación.

Las chispas comenzaron a saltar cuando Kennedy dijo a los senadores que el CDC había decepcionado a los estadounidenses durante la pandemia.

Los senadores demócratas, encabezados por Elizabeth Warren (demócrata por Massachusetts) y Raphael Warnock (demócrata por Georgia), pidieron abiertamente la dimisión de Kennedy o su destitución por parte del presidente Donald Trump.

La declaración publicada ese mismo día por los miembros del comité demócrata reiteraba estas demandas. Muchos senadores aprovecharon su tiempo para pronunciar discursos mordaces, dejando a Kennedy poco tiempo para responder.

En un momento dado, Kennedy reprendió a la senadora Elizabeth Smith (demócrata por Minnesota) con estas palabras: «Ustedes no quieren debatir. Quieren discutir y hacer política partidista. Yo quiero resolver estos problemas».

El miembro del comité Ron Wyden (demócrata por Oregón) lanzó el ataque más duro y acusó a Kennedy de traer «costos, caos y corrupción» al departamento. Llegó incluso a llamar mentiroso a Kennedy y le pidió que prestara juramento, algo inusual en una audiencia del Senado. El objetivo era que sus declaraciones pudieran ser posteriormente impugnadas penalmente como perjurio.

El presidente del comité, Mike Crapo (republicano por Idaho), rechazó la solicitud. Kennedy respondió con duras críticas al Congreso por no abordar la incidencia de las enfermedades crónicas, señalando que estas habían aumentado en un 76 % entre los niños durante el mandato de Wyden.

En el centro de la controversia se encontraba el despido de Monarez y su comentario en el Wall Street Journal, en el que afirmaba que Kennedy la había presionado para que «reprimiera la ciencia misma» al aprobar por adelantado las recomendaciones del panel sobre vacunas.

Kennedy negó rotundamente esta acusación, alegando que Monarez había admitido que, de todos modos, habría rechazado discretamente las recomendaciones. «¿Así que hoy está mintiendo al pueblo estadounidense en el Wall Street Journal?», preguntó Wyden. «Sí, señor», respondió Kennedy.

Los senadores también discutieron con Kennedy por la reducción del número de vacunas contra la COVID-19 aprobadas por la administración Trump. Warren acusó a Kennedy de «quitar vacunas» a los estadounidenses, pero Kennedy argumentó que el departamento simplemente se niega a recomendar productos sin datos clínicos para un uso más amplio.

Señaló que cualquiera puede seguir adquiriendo las vacunas si así lo decide. «Pero no vamos a recomendar un producto para el que no existen datos clínicos para la indicación en cuestión», dijo, y posteriormente acusó a Warren de haber recibido 855 000 dólares de las empresas farmacéuticas.

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